PORQUE TODO FINAL TIENE UN INICIO
Advertencia. Esto no es un testamento, já.
Ahora sí,
continuemos.
Pensaba acerca de este comienzo, es decir sé exactamente cuál es el detonante, pero, ¿y dónde está el inicio?
Todos, a lo largo de la vida, tenemos muchos inicios, unos cuantos breakpoints y un par de catarsis,
así que descubrir el inicio de un comienzo es también una buena aventura.
Durante la vida hay múltiples líneas de tiempo jugando entre sí, y cada uno tiene la suya, de la cual derivan más, van y vienen
coquetean entre sí pues todas comparten una raíz, una sola mente…
una de esas líneas ha nacido a mis 12 años, cuando acompañaba a mis papás por las compras de útiles para entrar a la secundaria.
Y he de decir, tengo que reafirmar, que a los 12 años, tenemos todo y nada, de hecho
empezamos con un mini salto de la vida en el cual comenzamos a sentirnos grandes…
y sí, somos grandes, pero grandes tontos, grandes mocosos 😂😂. Entre otras cosas.
Así que a mis mocosos 12, mientras hacía las compras de útiles me encontré, desee y pedí una libreta muy perra.
¡Chula! Traía un Lamborghini de portada, fondo negro y tipo francesa,
o sea, pequeñita la chingadera esa. La cual obvio no me compraron, porque
insisto, 12 años.
Eso y que mis papás sabían que ni siquiera yo sabía que méndigo uso le daría
Sólo la quería.
La verdad.
Más tarde, antes de salir del lugar preguntaron que haría con ella
sí me la compraban y en mi mente la primer respuesta que figuro fue: ‘¡Un diario!’
Nah. Error… de todas las respuestas que pude tener, un diario. ¿Neta?
Que obvio no lo dije, mi papá habría soltado un sin fin de carcajadas y puede que supusiera el fin de mi días de tranquilidad.
Sobre todo porque nunca escribía, a menos que fuera una necesidad, cómo tomar un apunte, o dedicar unas palabras bonitas…
Cuenta como necesidad, ¿No?
El punto es que decir que quería llevar un diario pensé que podía resultar incluso en
una plática, por lo menos, muy distinta a los usos de las libretas…
Dejé el tema bastante tiempo.
Obviamente.
Man, quien chingados en su sano juicio seguiría con ello, a sus 12 años. Paarfavar.
So, a seguir con su vida papi.
Años más tarde, unos cuantos pares más, decidí comprar una libreta, y evidentemente no esa.
Aunque habría estado cajeta y perfecto para ésta mini historia.
En fin.
La use un par de meses más tarde; postergaba su uso ya que siempre colocaba la percepción en mi de la libreta, por encima de su uso.
¡Una jalada! Pero a todos nos ha pasado, ¿No?
Y así poco a poco fui comprando libretas para distintos usos pero siempre acallando un impulso que siempre tuve.
Hasta que un día la disciplina me trajo a este punto de agujero gusano con un retorno al pasado, viviendo mi presente.
E irónicamente, en ese momento me sentía triste. Pero hoy no hablaremos de ello.
Tal vez en otro viaje.
En algún momento, figuro Twitter, en otro, Instagram, incluso pasó por la mente el olvidado Facebook.
Y al final sólo regresaba a mi «Bitácora de viaje»
Así es, hace 4 años que compre esta perfección que durante casi una eternidad busqué y que solo encontraba, a veces
en alguna película de Indiana, o alguna del estilo, ya saben, algo muy aventurado y arriesgado pero claro, con libretas en medio. 🤣.
Y tal vez llegado a este punto puedan pensar «Man, ¿Por que no simplemente pediste una por un internet?»
Así que diré, bueno, simple.
Por wey.
Bueno, eso y un par de detalles más de los que no entraremos en detalles, no ahora.
Así que bueno, hace 4 años obtuve mi primer ‘Bitácora’ y no, no la use como diario, de hecho en esos momentos me daba pena
Tener un diario en mi vida definitivamente no figuraba muy bien, así que en ella,
como bien le puse, anotaba pequeños acontecimientos y anotaciones sobre las expediciones que hacía y alguno otro dato
Como alguna frase que se me ocurría que no quería olvidar. O la orden del día y los puntos que no debía olvidar de alguna junta.
Sí alguien me veía anotar en ella, siempre preguntaba emocionada y contenta (porque usualmente eran niñas) ¿Es tu diario?
No, es una bitácora, es lo que todo el tiempo respondía y obviamente siempre se sacaban de onda. Pero bueno…
Así poco a poco, al pasar los años esa, ahora un poco vieja y desgastada ‘Bitácora de viaje’ fue evolucionando
Se convirtió en un coqueto y nada vergonzoso….
Diario.
El cual fue creciendo, y al igual que yo iba sufriendo diversos cambios, olvidos, desahogos y repuestos de hojas. Estaba viviendo.
Así que como era de esperar, de pronto la atracción gravitacional de aquel agujero fue mayor
mayor que mi resistencia o siendo ñoños, tal vez sólo desactive mi fuerza normal y fui succionado sin más.
Succionado con toda intención hasta esa tienda, hasta aquel instante anterior al que respondía ‘No sé’,
solo para darme cuenta que justo ahí había iniciado esta línea alterna, nacida de una iniciativa perdida y nada confusa.
¡Diablos ya lo había pensado!
Sólo que nació antes. Tal vez antes sólo tenía que encontrarse con esa bitácora de viaje…
Retorné a mi nave espacial, estacionada en la montaña y estando sentado, me fui
Entonces llegó lo último que necesitaba.
Un sueño, a decir verdad.
Así nació esta curiosa sección de la cuál decidí compartir algunos capítulos.
La fantástica…
‘Bitácora del capitán Fox’
Nos vemos pronto, espero.